Es siempre eso lo que nos invita a la melancolía o a la alegría, pero sobretodo al sufrimiento de pensar que no volverás a ese momento, cuando suelen ser buenos; claro que también puedes alegrarte por haberlo vivido.
Una observación, en la cuál no nos solemos fijar mucho es en que a veces solemos recordar lo que jamás sucedió, y no hay error subconsciente más grande que ese, porque, por unos momentos de un placer sentimental inexplicable, podemos llegar a derramar lágrimas que no tendrían que existir, o haberlas guardado para otra ocasión. Podemos llegar a recordar hasta lo que todabía tiene que pasar, hasta lo que no sabemos si sucederá, las oportunidades perdidas, o lo que es peor, lo que no sucederá nunca; y de ahí viene la típica pregunta que nos hacemos: ¿qué pasaría si ... ?
''¿Qué pasaría si eso ocurriera?'', ''¿o si hubiera ocurrido?'', ''¿y si ocurrió?..''
''¿Qué pasaría si eso ocurriera?'', ''¿o si hubiera ocurrido?'', ''¿y si ocurrió?..''
Te comes la cabeza pensando, deseando, soñando, hasta que llega el día en que tu vida da un vuelco de 180 º, y todo cambia ... Pero cuando se acaba sufres, y entonces te arrepientes de haber imaginado lo nunca ocurrido, de haberte hecho la típica pregunta, la pregunta del millón.
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