Small grasshoppers.

viernes, 28 de enero de 2011

8. Lali

Fotógrafo: Miquel Mas Fiol.


El viento nos golpea tan rápido como va mi corazón, aunque quizá este vaya más acelerado.

Mi pelo revuelto como el mar me tapa la cara, y echo de menos la horquilla que perdí anoche.

A pesar de ese tiempo tan absurdo a mediados de Junio, tengo la certeza de que ha sido buena idea venir a este sitio con él.

Alex está detrás mía, cayado, con los brazos estirados intentando hacer equilibro por las rocas, imitando cada uno de mis movimientos. Sinceramente, me pregunto si él se sentirá igual de raro que yo, como si nos conociéramos de toda la vida, siendo dos extraños.

Veo una roca grande y me apresuro para sentarme en ella, y ya que está más alta que las demás espero que el oleaje no nos moje.

-¡Dios! Vaya tiempo.- le comento.

-Sí, la verdad es que sí. Hace una noche muy movida.

Se queda callado, con los brazos apoyados en sus rodillas, con la mirada perdida.

Le miro de reojo. Es guapo, muy guapo.

Su pelo baila al son del viento, despeinando sus pequeñas ondulaciones rubias.

Me mira. Aparto rápidamente la mirada y siento un golpe en el pecho, como una patada o un puñetazo que me ha dado el destino.

Me aparto el pelo de la cara como puedo, le miro y le sonrío.

-Quién lo diría eh, hace dos días nos odiábamos y hoy...- le digo intentando sacar conversación.

Se ríe y me siento un poco tonta por el comentario. Creo que he metido la pata.

-Sí, la verdad es que sí. No empezamos con muy buen pie, que digamos.

Sonríe y me tranquiliza.

Joder, tiene una sonrisa preciosa.

Antes de que pudiéramos decir nada más, el viento aumenta repentinamente y una ola cubre la parte de la roca donde está Alex.

-¡Mierda!- exclama.

Algo explota dentro de mí, y no puedo parar unas carcajadas descontroladas.

Odio mi risa, y me tapo la boca con la mano.

-¡Oye, no te rías!

No puedo evitarlo, es una situación muy graciosa. Está totalmente empapado de los pies a la cabeza mientras que yo solo estoy un poco salpicada.

Alex baja de la roca y se pone de pié, pero en un momento se agacha, coge agua en las manos y me moja la ropa. Mi risa para aunque sigue haciéndome muchísima gracia, sin embargo, quiero jugar un poco más.

Transformo la expresión de mi cara e intento parecer lo más indignada posible. Me bajo de la roca y a paso ligero me voy.

-Oye Lali, no quería ofenderte... - le oigo decir detrás de mí.-Joder- susurra mientras empieza a correr.

Sigo caminando y me escondo detrás de otras rocas que hay por allí intentando parecer que me he alejado.

-Perdóname, no quería cagarla...

Se disculpa mientras cruza la esquina de la roca mirando por donde pisa, ya que está oscuro. Se le nota que está nervioso, pero antes de que me vea cojo agua de una ola oportuna en el cuenco de mis manos y le sorprendo arrojándola a su cabeza.

Me retiene la mirada mientras intenta secarse inútilmente. Yo también le miro intentando contener de nuevo mi risa, poniendo cara de venganza.

-Así que con que esas tenemos que eh...- me dice poniéndose las manos en la cintura y mordiéndose el labio -¡Pues ahora verás!

Me coge de la cintura y me apoya boca abajo en su hombro, como si fuera un saco. Me río sin parar mientras temo que me lleve al agua, pero en efecto, oigo las olas romperse en sus tobillos mientras me tira a la orilla e intenta hacerme cosquillas y salpicarme; mi risa no cesa.

Mi cabello se cuela en mi boca y recorre mi cuello, se enredan en sus manos y lo siento empapado por el agua, al igual que mi ropa.

Maldigo en momento en que elegí la camiseta más fina que tenía, aunque quién iba a imaginarse esto.

Le cojo los brazos e intentando detener este ataque hacia mí. Noto sus músculos tensos y perfectos debajo de su camiseta azul. Le aparto de mí y me pongo de píe corriendo hacia ningún sitio, esperando a que en cualquier momento me pille; verdaderamente, lo deseo con todas mis fuerzas.

Antes de que pudiera detenerme, el me coge por la cintura y me tira de nuevo al suelo.

Río, ríe. ¿Es real? ¿Por qué siento que desde siempre ha estado conmigo? Quizá solo sean pensamientos del momento.

Sus cosquillas y sus tonterías, el agua, su sonrisa. Qué momento.

Ya no tengo más fuerzas y me resbalo, haciendo que casi me tumbe por completo en la arena, pero los reflejos hacen que me agarre a la parte inferior de su camiseta empapada, y con la otra mano, de su hombro izquierdo, mientras que él apoya una mano en el suelo y la otra en mi espalda, pero es inútil, ya que casi cae encima mía.

Nuestras risas ya no se oyen y nuestras miradas se cruzan durante cinco largos segundos.

Me ahogo, me falta el aire, no puedo respirar. Noto la mayor felicidad que jamás había sentido. ¡¿Por qué?! Quién sabe, no me importa.

Me siento bien, no quiero que ese momento acabe. Lo noto cerca, me protege, pero no, despierto.

Suspiro y aparto la mirada. Él se incorpora y ayuda a levantarme.

-¿Estás bien? ¿Te has hecho daño?- me pregunta intentando cambiar el ambiente.

¿Qué nos ha pasado? Estoy nerviosa, estoy feliz.

-No, tranquilo, estoy perfectamente.- le miro y le sonrío intentando mostrarme indiferente, pero creo que en ese momento no podría sentir ningún dolor, ni aunque quisiera.- empieza a hacer frío, y estamos empapados. ¿Nos vamos ya?

No quiero irme, pero será lo mejor.

-Sí, volvamos. Marcos me estará esperando.

¡Es verdad, Elena y Marcos! Se me habían olvidado por completo.

Empezamos a caminar el uno separado del otro, con la piel de gallina.

Él me mira de reojo, pero no precisamente a la cara. De repente entiendo por qué, y es que toda la camiseta amarilla se ha transparentado. Disimuladamente, me tapo como puedo y siento como me sonrojo.

De vez en cuando se cruza alguna mirada, alguna sonrisilla tonta, algún comentario.

El tiempo pasa rápido, y los diez minutos de ida se han convertido en cuatro de vuelta.

Las luces de las velas y algunas farolas se ven cada vez más cerca.

Elena está sentada en la arena envuelta en una toalla, sola, sin Marcos.

Me acerco a ella, tiene los ojos vidriosos.

-Elena ¿qué te pasa?- le digo agitada.

-Nada, es por el agua. Y a vosotros ¿qué os ha pasado?

Alex y yo nos miramos, cómplices.

-Nada.- le digo mientras le abrazo y le doy un beso en la frente.

-Lali, por favor, vamos a casa ya.

Es pronto, pero no le insisto, se nota que le pasa algo.

-Está bien, vámonos.

-Perdona Elena, ¿y Marcos?- interviene Alex.

Elena le mira y los ojos se le vuelven a entristecer.

-Con Ana Cristina.- le dice con la voz cortada.

A Alex le cambia la expresión del rostro, parece sentir lástima por mi prima.

-Gracias Helen. “Ciao” Lali.- se despide con una sonrisilla dulce.

Me encanta.

-Hasta pronto Alex.

Rodeo a Elena con el brazo y le cojo el bolso.

Está llorando, lo sé, pero no quiero preguntarle, al menos, hasta que estemos a solas.

****

Elena no ha dicho ni una palabra mientras nos duchábamos, yo tampoco quería hablar.

Estoy preocupada por ella, pero siento que no estoy en este mundo, que vuelo a cada paso, y mi cabeza solo está en un sitio en concreto: en la playa.

Mi prima se sienta a mi lado en la cama y apoya su mejilla en mi hombro.

-Es Marcos.

Es lo primero que me ha dicho en casi una hora.

-Ya lo sé.

-Y Ana Cristina.

-Ahí ya me he perdido.

Elena me mira.

-Es su ex, la hermana de Axel. La chica más guapa de por aquí: piel morena, acento cubano, tetas…

-Vale, no sigas.- le interrumpo- es la que bailaba ¿verdad?

-Sí.- Elena vuelve a la posición de antes durante un minuto, luego me besa y me da las buenas noches.

-Te quiero.- le digo.

Me meto entre las sábanas que me arropan. Cierro los ojos en la oscuridad y todavía siento el oleaje golpeándome suavemente, el olor a sal mezclado con la colonia de Alex. Muevo los dedos de los pies y descubro algunos granitos de arena entre ellos. Me alegro, es la prueba de que ha sido real. Intento reescribir en mi memoria ese momento. ¿Qué paso? Llevo preguntándome lo mismo toda la tarde.

Su pelo, sus ojos. ¿Son verdes o azules? Verdes, sí, son verdes. Dios, es tan guapo.

Y esa sonrisa, qué sonrisa, su sonrisa…

4 comentarios:

  1. Joder Belén , ha merecido la pena esta intriga! Me está cautivando esta hsitoria de amor

    ResponderEliminar
  2. AIIIIIIIIIIIIISHHH PERO QUE MONOS :D
    Cada capítulo supera al anterior, escribes buah *__*
    estoy deseando leer más, muchísimos besos<3

    ResponderEliminar
  3. hola! pues la verdad es que yo no estoy muy segura de como protege eso el blog, pero yo me siento más seguraxD
    es fácil solo tienes que pinchar en el logo y te lleva a la página web y te sale un botón azul que pone ''protect my creation'', haces click y rellenas lo que sale:)

    (K)

    ResponderEliminar
  4. Muy bueno Beleneth, muy romántico, gusta leer este tipo de relatos.
    Besos!

    ResponderEliminar